Erik Satie, un músico creativo

Erik Satie es, sin lugar a dudas, uno de los músicos más creativos y una de las figuras más influyentes en la historia de la música.
Erik Satie
Erik Satie  (Honfleur, 1866-París, 1925) fue un compositor y pianista francés, que no se contentó con seguir las corrientes musicales del momento. Desde sus primeras obras aparece como un gran innovador y hoy en día su música sigue resultando tan diferente como cuando la compuso.


La obra de Satie no fue ni bien entendida ni bien admitida en su época.
A Satie le gustaba sacar las cosas de su contexto habitual para presentarlas con nuevos enfoques. Así, en su ballet Parade (1917) incluyó en la orquesta tradicional una máquina de escribir, dos sirenas de vapor, una rueda de lotería, una matraca, un “botellófono” (conjunto de botellas afinadas según la cantidad de agua que contienen) e incluso un revólver que era disparado varias veces en escena. El público, como podéis imaginaros, no quedó indiferente.
Satie no sólo aplicó la creatividad a sus composiciones musicales, también la utilizaba en sus partituras. Además de las anotaciones que solía hacer, Satie utilizaba las notas para crear efectos visuales sobre la partitura. Así en la pieza Baño de mar las notas se distribuyen en el pentagrama de forma que sugieren el movimiento de las olas, en El golf las notas van dejando el rastro de una pelota al elevarse, y en El Carnaval la notación dibuja la caída de confeti.
Satie fue un compositor adelantado a su época. Fue el precursor de la música ambiental, esa que escuchamos en el ascensor o en los grandes almacenes. Satie la llamó musique d’ameublement (música de mobiliario), y la compuso para no ser escuchada.
La presentó por primera vez en 1920, en la Galería Barbanzages, durante una exposición de Max Jacob. Satie invitó a los presentes a “charlar, beber y andar” durante la interpretación, a comportarse como si la música no existiese. Compuso esta música para “contribuir a la vida del mismo modo que una conversación, un cuadro de galería o el asiento sobre el que uno está sentado”. Pero no fue bien entendido y cuando comenzó la música los asistentes buscaron asiento para disfrutar de la interpretación, lo que enfureció al artista.
Fue el primero en poner música a una película: Entr’acte de René Clair. También fue el primero en escribir una partitura minimalista de tan sólo 52 compases (Vexations, 1894). Eso sí, venía acompañada de una anotación que indicaba que debía ser repetirla 840 veces  “suave y lentamente”.
Su obra influyó en músicos tan importantes como Claude Debussy o Maurice Ravel. Este último llegó a afirmar “hace ya un cuarto de siglo, Satie hablaba el argot musical del mañana”.
Hoy en día Satie es considerado como un genio de la música y tiene un lugar de honor en la historia musical.
Si hemos conseguido despertar vuestro interés por este genial músico, nos damos por satisfechos.
Os dejamos con un vídeo con una de sus obras más conocida: la Gymnopédies número 1.

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